jueves, 28 de octubre de 2010

INSEGURIDAD EN LAS CALLES

Septiembre 2010

El Alcalde Mayor de Bogotá, Samuel Moreno Rojas, en su defensa por los resultados poco favorables de los estudios de Bogotá Cómo Vamos, argumentó que “la ciudad capital no puede ser ajena a esos nuevos fenómenos delincuenciales que se presentan en los principales centros urbanos”. Hasta ahí estoy de acuerdo, y creo que acierta. Pero estoy seguro de que el burgomaestre no atina al asegurar que “Bogotá se está consolidando como una de las ciudades más seguras de América Latina y que ha sido notable la reducción de homicidios en lo que va corrido del año”.

Observando las cifras de la reciente encuesta del Programa Bogotá Cómo Vamos, puedo concluir que se equivoca Samuel. En primer lugar, porque es claro, según el estudio, que las muertes violentas tuvieron un incremento de 3,3 por ciento con respecto al 2009, al registrarse un total de 2.688 casos. En segundo lugar, se equivoca también al decir que Bogotá no puede ser una ciudad peligrosa porque los delitos de alto impacto se redujeron desde el momento en que se han instalado más cámaras de vigilancia, con una política pública y una estrategia para garantizar la seguridad y la tranquilidad. Aquí la cuestión no es de cámaras, ni de más policías, sino de generación de una política de seguridad urbana que no permita que el crimen organizado y el conflicto armado se tome a la ciudad capital.

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