
Observando las cifras de la reciente encuesta del Programa Bogotá Cómo Vamos, puedo concluir que se equivoca Samuel. En primer lugar, porque es claro, según el estudio, que las muertes violentas tuvieron un incremento de 3,3 por ciento con respecto al 2009, al registrarse un total de 2.688 casos. En segundo lugar, se equivoca también al decir que Bogotá no puede ser una ciudad peligrosa porque los delitos de alto impacto se redujeron desde el momento en que se han instalado más cámaras de vigilancia, con una política pública y una estrategia para garantizar la seguridad y la tranquilidad. Aquí la cuestión no es de cámaras, ni de más policías, sino de generación de una política de seguridad urbana que no permita que el crimen organizado y el conflicto armado se tome a la ciudad capital.
No hay comentarios:
Publicar un comentario